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Morrissey

sábado, agosto 26, 2006

¿A dónda van a parar los condones usados?



Y la envoltura también se perdió. Vamos a pasar la noche juntos. ¿La noche juntos? Pero si ya está amaneciendo, de qué hablas. En serio te digo, no tengo ganas. Ah ya entendí, yo soy tu comodín, me estás utilizando. No para nada, esque no estoy acostumbrada a esto. El one night stand no va conmigo. Y hablando en inglés en el taxi, y eso que yo no tomo.
Ya solo lárgate y déjame dormir. Partamos el día en dos. Mi mañana será a las cuatro de la tarde.

10 comentarios:

Anónimo dijo...



¿a dónde?...

al oceáno
de leche
y miel



Dalila dijo...

¿Y cuando se pierden en tu propio cuarto?

Anónimo dijo...

En Castelnuoo, una playa horrible por cierto, vi un condón usado en el mar..pues ahi, Dalila, en el mar que puede ser la madre de todos, sueño con el mar, y ahi está un condón usado de mierda

Anónimo dijo...

Yo lavo mis condones religiosamente después del acto y los pongo a colgar en el tendedero de la azotea. Los lavo con agua tibia y sin restregar. No puedo hecharlos al tacho o al water... es que soy un romántico empedernido...

Anónimo dijo...

algunos condones ni siquieran aparecen después del sexo, me imagino que se quedarán insertos en la vagina o el ano de la chica.. te ha pasado a ti???

Anónimo dijo...

A mi se me han desaparecido los condones usados en el cuarto, por varias horas, días y hasta semanas, para volverlos a encontrar al cabo de un tiempo, en el lugar que menos me esperaba de mi cuarto o en algún rincón recóndito del lugar en donde haya tenido sexo, pero siempre se pierden en mi cuarto y mi teoría es que en el existe una puerta dimensexual que absorve cual agujero negro todos los vestigios de sexo, lujuria, pasión, semen, sudor, sangre y lubricación femenina. Recuerdo que de niño tenía en mi habitación un monstruo comegalletas de esos de plaza sésamo y así mismo cada vez que dejaba una golosina en mi cuarto, estoy seguro que este malvado muñeco se las devoraba mientras yo estaba ausente. Tuve que
desechar con mucho pesar a este muñeco, que era mi favorito, pero se tragaba lo que más me gustaba entonces: chocolates, caramelos y cachitos. Pienso que todo es cíclico, y ahora hay algo desconocido que se traga el rastro de lo que más me gusta: tener sexo, que poniéndome ahora a elucubrar sobre eso, es mi golosina, mi manjar de adulto. Quizá el monstruo comegalletas también creció y como venganza de que lo abandoné en mi infancia se convirtió ahora en un monstruo comecondones y me hace la vida imposible, porque un día desaparece el condón usado y a los quince días aparece sobre la lámpara del velador o entre las páginas de mi libro favorito:Así hablaba Zaratustra. Y realmente Nietzsche no se merece que un condón recaduco y chicloso este de marcador de páginas de una de sus obras más memorables, así que realmente el monstruo comegalletas es un ser perverso y vengativo.
Pero he ideado un plan: el próximo día de luna llena, que es cuando más caliente me pongo, pondré una video cámara oculta en un sitio que mejor no revelo ahora, en mi cuarto. La prenderé, me bañare, iré a mi habitación, cerraré la puerta y me masturbaré usando un condón púrpura. Luego tiraré el black condon against the wall, y me iré de vacaciones todo el weekend. Cuando regrese, le daré al rew a la cam y veré quien me
ha robado el mes de abril y quien se roba mis condones.

Dalila dijo...

Amaranta:
No ha sido más sabrosa la vida en el mar.

Dalila dijo...

Galán maduro:
En realidad me conmueves.

Dalila dijo...

Usuario anónimo:
No me ha pasado, pero ya voy a revisarme por si acaso. Mi ginecóloga me contó esa historia una vez. Sacó un condón del interior de una chica que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba allí.

Dalila dijo...

Damián:
Un aplauso por favor!!!
Me he divertido tanto con tus paranoias. El come galletas vengativo, jajajaja. Me has hecho reir bastante. Te lo agradezco.
Tienes razón, hay algún aguejro negro en las habitaciones. Házme llegar tu video, o al menos, cuéntame qué pasó con ello.