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Morrissey

viernes, diciembre 15, 2006

El síndrome Godinez

Sí. Estoy hablando del personaje aquel de la escuelita del Chavo. El despistado, el perdido, el quemimportista. Si Bartleby tuvo una niñez, esa fue la de Godinez. O quizás no es un pre-Bartleby, sino que es ya la negación completa del afuera. Godinez sabe algo que nosotros no, y esa es su ventaja. No, él no es el vago descuidado que aparenta. Godinez anula el afuera, en un supuesto acto de auto anulación, porque simplemente ya no lo necesita. Ha pasado ese estadio para llegar a un otro: la anticipación pura.
En la negación del exterior, en el puro ensimismamiento, en el autismo consciente se hallan contenidas las respuestas del pensamiento humano. Se halla "la verdad". El proceso conciente, la toma de la decisión de la auto negación por hallarse ya pletórico que algo que el resto desconoce. ¿Y cómo lo notamos? Pues, para mí es como el salto de un fusible. Eso sentía yo en mi niñez al ver a Godinez despreciándolo todo a su al rededor. No lograba entender por qué ese personaje me producía una sensación inexplicable, en donde lo que sí podía reconocer claramente era un aire de pedantería e ínfulas de superioridad. Un personaje descontextualizado, de repente abriéndose paso desde su intra realidad hacia ese exterior que lo aburría terriblemente. Se notaba la rasgadura de ese universo paralelo Godinezco, cuando el profesor Jirafales le preguntaba algo, y le sacaba de su misteriosa actividad (Godines siempre dibujaba o escribía algo), obteniéndose casi siempre, como única respuesta un "yo no fui". Una versión menos depurada del "preferiría no hacerlo". La parálisis de la acción.
El síndrome Godinez es esa anticipación a la realidad, es ese pre estado sabio y sabido, en donde ya todo está dicho y ya todo está hecho. El acto de abstenerse conscientemente de la acción, por conocer previamente todos los desenlaces. La abstinencia por inutilidad. El fin de la practicidad no puede resumirse sino en la inacción. Y ello es la metáfora del aburrimiento profundo, ese que va más allá del tedio por falta de actividad, sino que llega a prescindir del afuera por hallarlo ya resuelto. En la medida en la que no haya nada más que resolver de la vida, en esa medida es en la que el tedio de la sabiduría invadirá a los Godinez de la vida. En este nivel, el aburrimiento es sinónimo de sabiduría. De ahí que Godinez sea todo menos humilde, y ojo, su pedantería frente a los ojos de los contextualizados no es una decisión conciente. Simplemente le sale así, y es producto de esa ventaja que tiene sobre el resto. Godinez es soberbio y con justa razón. Nos sobrepasó hace rato, y cuándo pasó, nadie lo sabe. Posiblemente ni él mismo. Así, el rechazo y la segregación voluntaria no le afectan a Godinez. Él se hace el pendejo y con eso resuelve el afuera.
Godinez resuelve perderse por decisión, se autoanula y se reduce a su mínima expresión, primando el adentro. En ese proceso, se cuela un gesto despectivo que menosprecia todo aquello que no está en ese nivel. Por eso Godinez es soberbio. Se sabe un "ser superior", que halla esa superioridad en "el riesgo de no hacer lo que se debería hacer". Allí está la protección del "preferiría no hacerlo". En ese pre acto negación se logra suspender el tiempo, paralizarlo, y así esa potestad divina cae en las manos del anulado. Quien, todopoderoso, tiene ya poder sobre el tiempo, esa potestad del corte de la acción, de la interrupción del acto antes del acto. Vivir en el no, es la anticipación. Esa estaticidad que implica suspender/suspenderse en el tiempo y la acción, remite y deposita a Godines/Bartleby en un punto cero. El punto de ignición que es la metáfora de la dilatación estática del génesis de la vida. Sostener la vida en una palabra, de única lectura, de única escritura, de única acepción. Palabra que solo él la conoce...

5 comentarios:

Eduardo Varas C dijo...

Lo sospeché desde un principio, Dal...

"Godinez sabe algo que nosotros no, y esa es su ventaja" y a la vez esa es su condena, esa condena del alrededor, incluso del televidente... nadie soporta la tranquilidad de un 'no'. No recuerdo que alguien me haya dicho que Godinez sea su personaje favorito... por eso al pobre Horacio Gómez Bolaños se lo condenó al ostracismo de la vecindad...

La soberbia del Bartleby quizás sea el pecado del espíritu, que según las escrituras no podrá ser perdonado... porque sin duda ese Bartleby tiene un don que decidió dejarlo bajo tierra para no exponerlo...

Godinez es el verdadero rebelde de los personajes del Chavo, aunque eso ya lo dijo Camus: "¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no".

Un abrazo...

Hiscariotte dijo...

Siempre lo vi a Godínez demasiado apático como para caer en la soberbia o en la pedantería. ¿Para qué la soberbia cuando se tienen todas las respuestas? Esta respuesta también la tiene Godínez y no nos la dará, para lo que le importamos.

Un abrazo.

Dalila dijo...

La tranquilidad de un no... Esa es la clave Eduardo. Ya sabemos a qué decirle no y esa es la ventaja,

Abrazo.

Dalila dijo...

Hiscariotte,

Esque es precisamente la soberbia que sale natural cuando ya deja de importarte el otro. Esa "apatía" no es por no querer conocer. Es por ya saber, aunque sea secretamente.

Otro abrazo,

Dal.

Eduardo Varas C dijo...

Ese es un no de la certeza, Dal querida...

Quizás el más firme y determinante de todos... y por eso la ventaja. Godínez está más allá, lo sepa o no... lo está...

Y en eso llega la soberbia como muestra... como evidencia de que el conocimiento está presente.

Aquí hay una prueba: http://www.youtube.com/watch?v=7NrW0ftSj2Q&mode=related&search=

Es muy gracioso ese video.