Ídolo

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Morrissey

jueves, julio 05, 2007

El castigo de la desnudez

Tú eres la única forma,

lo grandiosamente tangible




Porque cuando no se tiene nada que esconder es cuando se han entregado las armas. La firma de rendición. La entrega profunda. La falsa paz.


Dios se burló de nuestra desnudez. Antes de tener algo, no teníamos nada y entonces éramos felices porque carecíamos de conciencia diferenciada. La necesidad impuesta nos condujo hacia el fracaso. Hacia la eterna búsqueda de aquello que nos hace falta para poder sostener una sonrisa prolongada. Y detrás de todos los telones dorados, lo único que hay es un vestidor. Mejor dicho, un desvestidor que nadie debe ver. Esa desnudez propia del fracaso será la evidencia constante de la pérdida. Por ello hay que ahogar la carne expuesta, no permitirle respirar. Siempre las falsas pieles funcionan y entonces el travestimiento alcanza aún a las intenciones.


Cualquier intensidad debe estar justificada detrás del personaje asumido. Mostrar un ímpetu de carne sería agotar la verdad. Porque la verdad se agota, se pudre de tanto descongelarla. La verdad de la carne debe recibir inyecciones de formol para que así no pierda consistencia. Una substancial realidad contaminada es permisible frente a la sinceridad del fracaso.

Las fórmulas de vida y supervivencia son tan básicas que todos saben en dónde no deben caer. En los brazos con piel de gallina. Es mejor sentir una buena textura acolchada y suave de las mangas de un saco de algodón con elastano al 10 por ciento.

Y las manos hay que cubrirlas siempre con guantes oscuros, para que poca sea la huella visible de lo que hemos tocado.

No hay nada peor que desvestirse frente a miradas de antifaz.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya estoy elaborando mi antifaz. Me tomaré una foto con él, mi imagen será esa....sé que me entiendes Dal, por tu compañía te agradezco.

Amaranta

León Sierra dijo...

y qué riesgo sistir a la mascarada general a rostro limpio, ¿verdad?

por otro lado, el miedo es libre y la vergüenza... mi paisaje, sólo de ruinas internas tendría la vergüenza ¿a qué más?


PS. tienes un email

Dalila dijo...

Amaranta,

Vamos por ese antifaz... Y en la realidad virtual de una fotografía entonces tomará substancia esa imagen desvirtuada por tanta escasés de vestidura.

Un abrazo,

Dalila dijo...

Sin duda un riesgo que se corre todos los días Camaleón.
Tengo un e mail:
eeetzanza@yahoo.com