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Morrissey

jueves, noviembre 29, 2007

El galanteo por obligación y la feria de la estupidez

Quizás debería pensarse mejor el hecho de revelar la insulsez de un ser humano. Ni siquiera eso. Un desfile de cuerpos atados los unos a los otros como una fila de chorizos que un perro acaba de robar de una carnicería. Esos cuerpos que pretenden siquiera –como mínimo- presentar un discurso aprendido de memoria. En este caso habría perdonado la pretensión de la farsa, la necesaria construcción de un contexto justificativo a lo exiguo de una imposición social pueril. Pero la revelación mediática no ayuda. Esa desnudez encubierta que una cámara de televisión, un programa para soquetes y un conductor con el macholatinismo como única herramienta “profesional”, puede descubrir fantochemente las costuras de la estupidez encubierta. Ja ja.






El martes pasado en la noche, sin más que hacer que redundar sobre mí misma, prendí la tele (no haga esto en su casa, ni siquiera bajo la supervisión de un adulto). Es muy grave comprobar la redondez del mundo de la manera más ramplona. Haciendo caso omiso (qué buena frase viciosa) a las recomendaciones que recibí en un mail sobre no apoyar a aquellas entidades que auspician la fiesta brava, sintonicé Teleamazonas. Roberto Angelelli y su sonrisa botulínica (no porque se haya hecho la intervención sino porque es un gesto que básicamente intoxica) recibieron al público omnipresente con esa envidiable alegría, marca registrada del programa concurso (ganar plata produce felicidad). Acto seguido, el plato fuerte: las candidatas a reina de Quito, pero por supuesto, al no ser tan célebres y al no existir equilibrio piropero, hacía falta más hombres. Dos cantantes quiteños, hijos de padres famosos, que no pudieron hacer peso al lado masculino del programa (Angelelli). No respondieron a la altura los pobres. Quizás su baja estatura hizo que se intimidasen frente al equipo de baloncesto (el presentador no pudo hallar calificativo más ingenioso) que conformaban algunas de las candidatas. Porque al parecer, la raza día a día va mejorando (como dirían las abuelas) y hoy por hoy las Macarenas Valarezo de un metro cincuenta ya no pegan. Lo que está en boga es un respetable metro setenta y cinco como mínimo para ganar. Si no fíjese en las reinas de los últimos años…

El chorizo..




En fin, al estilo “único” de Angelleli, la noche -su noche- se convirtió para variar en una conversación unidireccional, carente absoluta de gracia, interés y profesionalismo. Unidireccional porque el seudo entrevistador habla para sí mismo y persigue respuestas a ninguna pregunta, palabras sueltas, comentarios machistas que resumen el lado entrevistado femenino en un ampuloso pedazo de carne, actitud que disfraza con halagos constantes y adjetivos reiterativos que aluden únicamente a lo que ciertamente importa de sus invitadas: su belleza. He visto en una ocasión a una entrevistada fea, gorda y vieja (invitada por su ¡talento!), a la cual no pudo galantear como se debía pero ¡aún lo hizo!, porque por supuesto, su gracia radica en el piropeo. Por favor. Que alguien lo envíe a un curso express de periodismo. O que por lo menos le sometan cual Alex a una intensa sesión de programas gringos del formato al que pretenden imitar.

Y ello no es lo peor, por supuesto. Lo execrable es la aceptada hipocresía social, esa en donde caben concursos de belleza que encubren la necesidad muy humana de la estética por la estética utilizando misiones caritativas. Qué farsa más ridícula. Que nadie me venga a decir que se lanza a candidata porque quiere ayudar a los niños con síndrome de down. Para hacer labor social no necesitas ni ser reina, ni ser bella, ni medir uno setenta. Pero ahí está la mojigatería políticamente correcta. Y lo que a todos nos encanta (me incluyo por ser parte de esta sociedad alcahueta) es creernos el cuento y justificar nuestra superficialidad (porque para la tradición judeocristiana eso está mal) poniéndole alma sintética a algo que podría expresar su sinceridad descarada. Prefiero los “porque sí” a las justificaciones veladas. Si algo detesto en la vida, son las intenciones disfrazadas. Nunca va a ganar una fea y eso todos lo saben. ¿Por qué nos encantará fingirnos idiotas?

No hay nada malo en el culto a la belleza, lo sostengo. La satanización de lo bello como sinónimo de superficialidad se superó en el siglo XIX. Esa insoportable doble faz de la sociedad que constantemente juzga aquello a lo que rinde culto, se convierte en el mea culpa de la socarronería. Un contrasentido, el callejón sin salida de la coherencia y la razón, el oxímoron del oxímoron.
………………..






Una pequeña muestra de lo que el enriquecedor programa ofrece. Angelelli y la ex de todos, Marián Sabaté, confrontándose años después de su ruptura... Sin palabras



Sin embargo la TV, que todo lo maquilla, puede también desmaquillar y mostrar el rostro limpio más feo sin piedad alguna. Poco a poco el desfile de chorizos fue enterrándose sin esfuerzo. Fue lamentable su performance, las chicas no daban pie con bola y lastimosamente hicieron honor a la cada día más peleada sentencia: la tonta bonita. Era más que obvio que sus argumentos trabados (y tartamudos algunos) no convencieron a nadie y más bien revelaron la verdadera y obvia intención de quienes participan en un concurso de belleza: protagonismo mediático y catapulta a la fama (sí, la tan nombrada fama en Pujilí). Porque ahora hasta a concejala se puede aspirar siendo reina de Quito. Sin duda, una buena inversión de tiempo, pues como mínimo te convertirán en presentadora de programas de UHF que nadie ve…

Bueno, si así se pintan las cosas, no sería mala idea salirse del Videodromo y pegarse un tiro mediático para salir de la pesadilla…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Como decía Atari Teenage Riot: destroy TV!! Think!!"

Anónimo dijo...

sinceramente creo que eres una amargada gorda que solo se la pasa viendole defectos a las personas, que dios te bendiga y gracias a dios por la libertad de exprecion

Anónimo dijo...

¡Uy! Lo que pasa por dar paso a la "libertá de expreción" es que programas tan repugnantes como el del Angelelli sigan al aire por mucho tiempo (creo que ya va para el año) y ¡NADIE HACE NADA!
Blogueros ecuatorianos del mundo, UNÍOS CONTRA LA TELEBASURA LOCAL.
Próximamente esperamos abrir un blog contra la TV ecuatoriana y sus protagonistas. Me agradarían tus comentarios.

Anónimo dijo...

Hola, muy interesante el articulo, muchos saludos desde Colombia!